¿Qué es un andador para bebé?

Un andador para bebé es un dispositivo que muchas familias deciden incorporar en sus compras a la hora de plantear una forma de movilidad cuidada para sus peques.

Dentro de este concepto, se incluyen dos variedades diferentes. La primera se trata de una estructura bastante rígida que, a modo de “araña”, permite colocar al bebé en el centro de la misma, sentado sobre una tela que cumple la función de silla y que le permitirá sentarse o ponerse de pie sin caer para comenzar a movilizarse por cuenta propia, sin ayuda tuya ni de otro cuidador.

Casi todos tienen ruedas en sus extremos, para poder circular más ágilmente en la medida que el niño se va impulsando.

Fueron creados hace más de 700 años y, como todo, con el pasar del tiempo han surgido versiones más modernas, más coloridas y ligeras, siempre generando tanto amantes como detractores.

La segunda posibilidad, llamada habitualmente “caminador”, suele contar con un tablero, un manillar y dos pies terminados por ruedas. Pueden ser de madera o de plástico, y el tablero normalmente incluye juegos de encastre, aunque también puede tener luces y sonidos.

¿Qué otros nombres reciben los andadores para bebé?

Otras formas de referirse a este producto son “caminador” o “deambulador”.

A veces, la primera versión señalada también se denomina “saltarín” o “brincolín”; sin embargo, este producto en sí mismo no es para andar sino, tal como se desprende de su nombre, es para “saltar”. Si bien el concepto es el mismo (colocar al peque en un aparato que le otorgue contención y permita ese movimiento por cuenta propia), los saltarines se diferencian porque poseen resortes que facilitan dicho movimiento y, además, son fijos. Es decir, sea con resortes o agarrado con elástico tipo columpio, el saltarín no le permitirá a tu peque trasladarse a ningún lugar al no contar con ruedas.

¿Todos los caminadores para bebés son iguales?

No, definitivamente no todos los andadores son iguales.

Las distintas marcas disponibles en el mercado ofrecen modelos similares, pero no iguales.

Algunos fabricantes clásicos tienen modelos simples, de plástico resistente, con colores estridentes y ruedas con trabas de seguridad homologadas.

Otros, en cambio, ofrecen andadores de madera de haya, pintados con pinturas naturales e, incluso, con la forma de animales, para que tu hijo se sienta un verdadero rey de la selva.

Asimismo, algunas marcas comerciales han creado un concepto 3x1, ofreciendo un andador que también posee un tablero de juegos desmontable (centro de entretenimiento con luces, sonidos y muñecos).

¿A partir de cuándo puedo colocar a mi bebé en un tacatá?

Con total seguridad, no utilices un andador para tu bebé si tiene menos de 6 meses de edad. De hecho, no se recomienda su uso en niños menores de un año.

Antes de los 6 meses, los bebés aún no tienen la fuerza ni la coordinación necesarias para mantenerse erguidos por sí solos y sostener su cabeza de manera estable. Colocar a un bebé en un andador antes de que esté preparado para ello, podría ser peligroso y perjudicial para su desarrollo.

En cuanto al andador en el que el bebé va sentado, es importante recordar que estos dispositivos han sido objeto de controversia en términos de seguridad. Algunos expertos desaconsejan su uso en cualquier momento debido a los riesgos asociados con las lesiones y la falta de desarrollo motor adecuado que pueden causar. En su lugar, se recomienda fomentar el desarrollo natural del bebé a través del juego en el suelo y la interacción cercana con los cuidadores.

Por otro lado, los andadores en los que el bebé empuja (caminadores) son diferentes y pueden ser utilizados cuando el bebé tiene la capacidad de mantenerse de pie por sí mismo y dar pasos con apoyo. Esto suele ocurrir alrededor de los 9-12 meses de edad. Sin embargo, debes supervisar al bebé en todo momento mientras utiliza un caminador y asegurarte de que esté en un entorno seguro, libre de peligros.

¿Cuánto tiempo puede estar mi bebé en una andadera?

La mayoría de los fabricantes sugieren que siempre supervises cuánto tiempo pasa tu bebé en el andador de estilo “araña”. No debería de permanecer más de dos horas continuas.

Por ello, se sugiere que alternes el tiempo en el andador con momentos de gateo, sentado o acostado.

¿Cuáles son los riesgos de usar un andador para bebé?

Desde la AEP (Asociación Española de Pediatría), detallan las precauciones que se deberían tomar al optar por utilizar andadores de estilo araña para nuestros peques.

Según los especialistas, el andador es la segunda causa de accidentes en niños en el segundo semestre de vida. Algunos de los riesgos más comunes son:

Caídas por escaleras o fuera del andador.
Peligro de sofocación.
Quemaduras.
Intoxicación por alcanzar lugares y sustancias a las cuales no accederían los peques en su etapa evolutiva.

A su vez, desde la Alianza Europea para la Seguridad Infantil también desaconsejan el uso de andadores para bebés, debido al alto riesgo de lesiones que suponen para los niños. De hecho, declaran que las lesiones más habituales que se han observado por el uso de andadores en bebés son en la cabeza y en el cuello como consecuencias de caídas por escaleras.

¿Cuáles son los riesgos de los andadores para bebés que se empujan?

Los riesgos de los andadores para bebés que se empujan incluyen:

Lesiones por caídas, debido a que las ruedas se mueven más rápido que los pies del bebé que está comenzando a andar.
Accidentes con bordes de muebles, al estar el bebé concentrado en el andador y no observar el resto de cosas que le rodean.
Peligros en la cocina y el baño, al estar el bebé de pie y tener un apoyo que le permite estirar el brazo y llegar a sitios a los que habitualmente no llegaría.
Lesiones en dedos y manos debido a las ruedas.

¿Cuáles son las consecuencias de usar un andador para bebé?

Desde la AEP, remarcan que el andador (sea de cualquiera de las variedades mencionadas) hace que el niño se desplace más rápido y con mayor movilidad y alcance que sin él. Esto crea una falsa sensación de estabilidad y equilibrio (en realidad el equilibrio ofrecido es limitado) en un niño que no es capaz de mantenerse de pie ni caminar por sí mismo, lo que lo envalentona y, por ello, es que se producen más fácilmente accidentes. Los peques no están listos para saber cuándo frenar o cómo hacerlo a tiempo.

Por su parte, desde el área kinesiológica, reportan debilidad en el desarrollo de los músculos, problemas posturales y de pisada. Además de que, al usar los andadores, los niños pierden reconocimiento de su real dimensión corporal.

Entonces, si no uso un andador, ¿por qué lo puedo reemplazar?

Según indican los expertos en desarrollo infantil, hay varias recomendaciones para reemplazar el uso de andadores para bebés.

Ten en cuenta que si optas por no comprar un andador, podrías considerar otras alternativas más seguras y efectivas para estimular el desarrollo de tu peque, a saber:

Promover el gateo.
Jugar sobre una alfombra o manta.
Utilizar el parque de juegos.

¿Es posible hacer que el uso de un andador para bebés sea seguro?

Puedes tomar precauciones para aumentar la seguridad durante el uso de los andadores:

Nunca dejes al bebé sin supervisión mientras está en el andador.
Verifica la seguridad del área y asegúrate de que esté libre de peligros como escaleras, objetos afilados o superficies irregulares.
Selecciona un andador que cumpla con las normas de seguridad y que tenga ruedas que se bloqueen en escaleras y superficies irregulares.
Utiliza el andador para bebés en un suelo plano y firme. Evita superficies resbaladizas como pisos de madera pulidos.
Espera a que tu bebé tenga la capacidad de mantenerse de pie por sí mismo y dar pasos con apoyo, generalmente alrededor de los 9-12 meses de edad.
Limita el tiempo que el bebé pasa en el andador a sesiones cortas y supervisadas.
Mantén a tu hijo lejos de objetos pequeños o peligrosos y enséñale a mantener las manos en el andador en lugar de tocar cosas alrededor.
Si el bebé parece incómodo o infeliz, retira el andador de inmediato.

Todos los elementos

Balancín De Elefante Janod 12m+

Balancín de bebé con forma de ardilla